El doctor Rodolfo Chaparro, médico estético y cirujano plástico, es reconocido en Colombia y en la ciudad de Medellín por su habilidad en el tema de la extracción de los biopolímeros (dichoso tratamiento que hace algún tiempo estuvo en su furor por hacer ver voluptuosidades donde no había).
Los biopolímeros, en la actualidad, están de moda. Para bien o para mal pero siempre se escucha algo acerca de ellos. Lady Noriega, la cantante y la actriz vivió en carne propia el dramático cambio de su rostro por culpa de los biopolímeros. Una historia con altibajos y mucho dolor. La exitosa artista sonríe ante el futuro que vislumbra con regocijo y felicidad gracias al médico Rodolfo Chaparro, un profesional que no solo ayuda a solucionar los problemas estéticos de sus pacientes sino que transforma vidas.
Dice Lady: Cuando yo ya había agotado todos mis esfuerzos en encontrar algún especialista o reconstructivo que me ayudara, solo recibía negativas de parte de los profesionales que veían mi caso, me decían que ya no había solución, que me quedara así porque me podían dejar peor, con la boca torcida o deforme, y fue tantas veces que escuche “no hay nada que hacer”, que me lo creí.
En el año 2011 me proponen ayudar en la campaña política del Dr. Luis Pérez quién era candidato a la alcaldía y yo me lancé al Concejo de Medellín con el ánimo de recuperar espacios artísticos que se habían perdido para los jóvenes de esta ciudad, en medio de esta gestión conocí al Dr. Rodolfo Chaparro, quién de inmediato me dijo que él me podía ayudar a recuperar la normalidad en la boca, mi primera reacción fue de total desconfianza y escepticismo, y con un rotundo No, le expliqué que a mí ya me habían hecho lo que se podía intentar médicamente, que ya había pasado por dolorosas inyecciones en mi boca con diluyentes, que no funcionaban y que me costaban carísimo, me engañaban prometiéndome mejorías con aparatología y tecnologías milagrosas que nunca hacían nada más que quitarme dinero y aprovecharse de mi desespero, ya me habían metido cánulas en el mentón y la boca tratando de ayudarme y lo único que había conseguido eran cicatrices hipertróficas e inflamaciones que me duraban hasta 6 meses, en los que me tocaba andar con un tapa bocas ocultando la cara por la forma en que me encontraba, no podía trabajar mi vida laboral y económica estaba muy afectada, inclusive la doctora cirujana plástica que me había colocado la sustancia en la cara, tratando de quitarme las deformaciones y de arreglar el daño, me había cortado piel de la cara y por el contrario había empeorado, yo en ese momento ya no creía en nadie ni en nada que me pudiera ayudar, era la burla de los programas amarillistas me comparaban con monstruos, la gente cercana me criticaba y mi sentimiento de culpa era tan grande que pasaba semanas enteras sin querer salir de mi encierro llorando y tal vez porque me refugiaba en Dios pude soportar esos momentos, ya me había resignado y hasta había aprendido a aceptarme así.
Cuando el doctor Chaparro escuchó mi calvario, se interesó más en mi caso, yo le dije que se olvidara de mi como paciente y mejor me ayudara a publicitar la campaña política y nuestras propuestas para los jóvenes de Medellín y así lo hizo, en sus tiempos libres me ayudaba a repartir volantes y a pegar afiches de la campaña y surgió una amistad, en una de esas reuniones con sus empleados en la clínica donde laboraba y yo exponía por qué votar por nuestros ideales; me empezó a mostrar fotografías de sus pacientes recuperados de la extracción de biopolímeros que eran realmente impactantes, eso empezó a inquietarme pero yo no le mostré ningún interés en someterme de nuevo a una intervención quirúrgica, con el paso de los meses todas las semana me enviaba una y otra foto de sus pacientes y los procesos de recuperación y en un viaje a Medellín no se en que momento me decidí y le dije:
“bueno intentemos a ver cómo nos va con el labio superior que es el que más me molesta”, yo estaba realmente aterrada, pasé temblando a la camilla de la sala de procedimientos y me recé todo lo que me sabía, le rogaba a Dios que no permitiera que yo fuera a quedar peor o con la boca torcida como me lo habían pronosticado en diferentes ocasiones, creo que el Dr. Chaparro me vio tan asustada y con cara de conejo acorralado que antes de comenzar la cirugía oró para que yo me tranquilizara un poco y le pidió al Espíritu Santo que lo guiara y le diera acierto al hacer este procedimiento, él me animaba diciendo tranquila esto es súper fácil en 40 minutos ya he terminado, yo sentí que eran 40 horas mientras el realizaba la corrección, y cuando terminó me dijo quieres que te pase el espejo, yo respiraba profundo para soportar ver la imagen que suponía iba a estar súper inflamada, y horrible sin embargo él me dijo, ni siquiera te inflamaste, y la recuperación de la mucosa de la boca es súper rápida y agradecida en 4 días te quito los puntos y te vas a ver súper bien, yo tome fuerzas para levantar el espejo y mirar cómo había quedado mi boca y cuando vi que era verdad lo que él me había dicho por tantos meses, cuando por primera vez después de 8 años vi mi boca como era antes, no tuve palabras, fue tal mi impacto que lo único que hice fue llorar, me costaba creer que fuera cierto una solución como esta, “con lágrimas en los ojos le di las gracias! Que hoy y siempre Dios te siga bendiciendo el don y talento que ha puesto en tus manos y puedas ayudar a muchísima gente como lo has hecho conmigo”, eso obviamente me dió confianza en su trabajo y empezamos el tortuoso pero esperanzador camino de extraer lo que había también en el mentón, esa tarea no era tan instantánea como la de la boca, fueron dos años y 4 procedimientos que duraban 5 horas en quirófano cada uno, en los que con toda la delicadeza y cuidado comenzó el retiro de biopolímeros en esa zona, con las correcciones necesarias y los tiempos de espera normales de una desinflamación tras otra, en las dos últimas intervenciones hizo equipo quirúrgico con el cirujano plástico y maxilo facial Dr. Eduardo Villamizar. Luego de eso comenzó la etapa de armonización y estética facial, que es tan necesaria como la de la extracción.
Hoy después de todo este proceso Le devolvió la sonrisa, la luz a su cara y las imperfecciones fueron desapareciendo poco a poco por la acción de una innovadora técnica para la extracción de biopolímeros llamada – técnica RAMYL –. Para retirar biopolímeros se necesita no solo las condiciones y el conocimiento técnico que lamentablemente solo se dan por la experiencia, de esto no enseñan en la universidad se hacer una curva de aprendizaje que te da cada caso, hay que tener una visión estética y artística para lograr dejar a la persona no solo normal sino bella, es un trabajo que necesita compromiso de parte del profesional que lo hace, y no el repudio y desprecio que muchos le demuestran al paciente que llega con tremendo problema y además le caen encima a recriminarle, porque se hizo eso, eso le pasa por vanidosa, eso es un castigo de Dios, en fin.
Este profesional de la medicina estética es reconocido por su labor y espíritu innovador. Una de sus técnicas más famosas y llamativas en el campo de la medicina es su procedimiento RAMYL (Remoción Aspirativa o directa de Biopolímeros). Rodolfo Chaparro, con su habilidad y conocimiento ha logrado devolver la esperanza a cientos de pacientes que ya no encontraban luz en el camino, solo veían oscuridad y desolación. Pero con sus técnicas casi celestiales ayuda a personas afectadas por biopolímeros, sustancia que, en ocasiones, migra a otras áreas del cuerpo causando lesiones graves.
Cómo no recordar lo que la farándula colombiana denominó la mejor cola del país, de la que podía hacer alarde la hermosa presentadora Jessica Cediel. O casos como el de la ex reina de Colombia María Mónica Urbina, o el de la modelo Natalia Paris, Muy pocos saben del drama que puede llegar a vivir una persona con alguna deformación a causa de los biopolímeros. Riesgos y dolores tuvo que padecer Cediel para encontrar la cola perfecta. Se sometió a tratamientos médicos que le ayudaran a subsanar el problema. Si bien no fue operada por Chaparro esto es solo una muestra real de como los médicos comprometidos con este problema pueden cambiar positivamente a una persona afectada por esta alteración médica.
Chaparro siempre va un paso adelante, acompañado de un equipo técnico y científico que en todo momento busca una próxima invención. Única IPS, Unidad Científica que está ubicada en la Clínica Nova de Envigado es el lugar donde se fraguan grandes técnicas de creación y ayuda para los pacientes aquejados por biopolímeros. Él – Chaparro – está conquistando el mundo de la medicina estética, se dirige con marcha firme hacia el futuro, su equipo está convencido de su talento.
Rodolfo Chaparro el hombre, el ser humano, el médico de corazón grande y talento seguro. Él nos recuerda que siempre hay una esperanza para recuperar la armonía del cuerpo. ¿Dr. Chaparro explíquenos en qué casos se enfrenta la muerte con pacientes que han sido inyectados con biopolímeros?
Es lamentable la desinformación que hay respecto al problema que se genera por la aplicación de biopolímeros, en la consulta diaria ingresan pacientes con un gran grado de ansiedad y temor, pues están convencidos de que el producto que tienen en su cuerpo inevitablemente las puede llevar a la muerte.
Esta situación fatal, no es tan frecuente como los medios de comunicación lo proclaman, la primera causa de muerte por aplicación de biopolímeros se debe a la inexperiencia de la persona que lo aplica en el manejo de los anestésicos, y más allá de presentarse la muerte por la inyección del biopolímero es una alteración derivada del mal uso de la anestesia que puede llevar a un paro respiratorio o cardiaco.
Una causa directa de muerte por biopolímero es cuando en el momento de la aplicación, se inyecta en un vaso sanguíneo haciendo que el producto migre a estructuras vitales del cuerpo. Y la tercera causa de muerte que se conoce secundaria a los biopolímeros es cuando en la zona donde se aplicó el producto se presenta una infección, la cual no es manejada de una manera adecuada terminando en una sepsis o infección generalizada, descompensando el organismo hasta llegar a un desenlace fatal.
¿Según su experiencia como debe ser el tratamiento para quitar biopolímeros? El retirar biopolímeros, puede tener implícito complicaciones delicadas e incluso la muerte, especialmente cuando se trata de retiro en la zona glútea, por el riesgo de presentar una infección debido al manejo difícil de higiene, por eso lo recomendado es inicialmente tratar de resolver el problema con procedimientos lo menos invasivo posible y dependiendo del resultado buscar técnicas más radicales.
En rostro, lo primero es tratar de resolver las inflamaciones cíclicas que de hecho son lo más incapacitante, después de superar esta situación se hace un abordaje desde el punto de vista estético buscando recuperar la naturalidad y si es posible la belleza de la zona que esta alterada por la presencia de biopolímero.
La recuperación de estos pacientes es muy individual y suele ser lenta y requerirse varias intervenciones, el paciente suele estar afectado no solo físicamente sino emocional y psicológicamente. El poder ayudar a un paciente con esta afección de una manera eficiente y lograr un abrazo de agradecimiento unas palabras “muchas gracias Doctor, pensé que no volvería a ser la misma persona” es algo que me conmueve y hace que me sienta agradecido con Dios de poder ayudar en esta situación médica tan dramática.
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